lunes, 19 de mayo de 2008

Prólogo de Noticias del espejo



Prólogo al libro Noticias del espejo de Carlos Enrique Sierra






Lo contenido en el espejo

Omar Castillo

El espejo, en cualquiera de sus representaciones, ha sobrecogido e inquietado al ser humano en los tantos periodos de su historia abarcable. Aún en la invisible, cuando se afirma fue creado a imagen y semejanza, ¿de Dios?, ¿del cosmos? Desde siempre lo humano ha perseguido su reflejo y desde él ha dado origen a su noción del mundo y el universo, a tal punto se podría argumentar que las creencias de su fe se rigen por los espejos en donde se ha reflejado. Lo mismo con el canon donde establece su civilidad y su belleza y, con estas, la ética y la estética de su cultura y su arte.

En Occidente el espejo ha permitido a los artistas aventurarse cruzando a través de él por territorios sólo sospechados por la imaginación. También lo han convertido en el oráculo para desentrañar parajes y misterios oscuros de su realidad y de sus dogmas. Más drásticamente, desde el siglo XIX, el espejo en donde se reflejaba la creación artística se ha roto, quedando su presumible unidad, y por ende su belleza, en pedazos al tiempo que expuesta a otras interpretaciones y definiciones.

Noticias del espejo, del poeta Carlos Enrique Sierra, se reparte en IV momentos comunicados a través del personaje filtrado por el autor a los poemas, personaje informe en quien se generan las atmósferas internas y externas que potencian las tensiones dinámicas del libro. En el momento I, “Noticias del espejo”, cuyo título también agrupa el total del libro, es evidente desde su primer poema que el espejo representado se establece en un rostro indefinido y anónimo “entre tantos y tantos rostros / Que van por la calle”. Esto hace posible escenificar la atmósfera y disponer el ánimo para quien se da a la lectura haciendo caso de las señas dejadas en los versos impresos como charcas que reflejan. El espejo persigue verse en otro, en otros, en el tráfago de la ciudad que resulta en un hervidero de espejos para “portar / Cada día”. El otro, los otros, huellas-espejos persiguiéndose para hacer aprehensible un pedazo de la realidad. Un instante reconocible en medio de las costumbres, usos y gastos de lo citadino. En el espejo enrostrado en el anónimo, la escena permite enterarse de las intimidades posibles para los usuarios de la ciudad fundada en el azar cuando se “descubre el laberinto”. En cuyo tautológico sistema de hilos para la sobrevivencia pareciera actuar el destino “en su desconocida fórmula”. En este momento del libro el espejo es algo más que un recurso poético para estilar caracteres del ser en estampida, ya en el haz, ya en el envés de su condición. Entonces la acotación informada es, si se quiere, la opción posible para la mano de verse reflejada antes de hacer impacto “Ante la risa de otro”.

Y tal como si el alma del espejo fuera “un pez oscuro” narrado desde las sombras que lo proyectan, el momento II lleva el título de “Postales”. Noticias sin destinatario específico, ni matasellos que permita verificar su fecha o su origen, simplemente enviadas desde las páginas del libro dando razón de la fatiga y las voces, de los silencios y las ráfagas de la luz vindicadora de la realidad en el cara y cruz del laberinto. Los rasgos del personaje sucedido en el libro en ningún momento son trazados, definidos, y cuando él desde estas postales, intenta dar cuenta de alguna de sus formas, estas resultan escuetas, premeditadamente difusas, inclusive cuando alude a sus ansias de intimidad amatoria, o al cuadro de cuanto pudo suceder si hubiera muerto. Sin pretender un retrato, en el poema “Lugar” dice: “Soy lugar / Estante, pared, oficina / Mi oficio es deshabitarme”, y se puede especular diciendo: este deshabitarse sucede en la memoria cuando merodea por los vericuetos de estas postales ajadas y desteñidas por los afectos y otros menesteres narrados por quien así las envía, mientras se recoge “En el aire líquido del cuarto”, “Viendo cómo el amor se diluye”, con cada letra por él impresa.

En el momento III, titulado “De la máquina y el aparato como seres vivos”, se lee en el primer poema: “en las altas horas de la noche / Cuando el tiempo es una duda y un temor / Nadie apostaría un céntimo por la llegada del día en su reloj”. Aquí la sustancia real e imaginaria de la noche es como un espejo-oráculo, asistiendo al personaje en el enigma donde pernocta su habla, su escritura y cuanto le es posible nombrar, aprehender. Y atónito, se le escapa una mueca próxima a la sonrisa, donando al libro, desde los poemas que hacen este momento, un tono de humor, el humor experimentado por quien despierta de un turbio sueño y se dispone para el futuro de su aquí y ahora. Es cuando, igual a “Madejas nocturnas” que invaden e imponen su condición “Los sueños toman su lugar en los estantes de la memoria”.

Los poemas agrupados en el momento IV, titulado “Arte poética”, del libro Noticias del espejo consolidan su capacidad expresiva y lo permiten más aprehensible para su lector, ya que desde ellos el poeta está participando maneras de cómo establece las formas y contenidos perseguidos cuando ejecuta el vaciado de su escritura. En “Arte poética” la reflexión ejercida sobre el hacer de la palabra para el poema, lo intrincado del oficio y su razón de existir en el mundo de hoy, son factibles por las apreciaciones que el poeta involucra en los versos como testimonio de ese siempre “nuevo rito” cuando “La palabra que nos acoge a todos entre sus letras / Y en cuya brevedad existimos sin comprendernos”, se realiza en el verbo y en la carne. El poema y sus usos en los quehaceres humanos, en sus rutinas, en sus fundaciones y en sus abismos revelan evidente cuando, “en la palabra desterrada”, también se da el poema. Esta “Arte poética” sucede entre la penumbra olorosa y la luminosidad tuquia de colores del verano. Entre la intimidad y la vitalidad de quienes se niegan para lo estéril, y se donan para los avatares que involucra la vida.

En este libro los poemas se desprenden mientras es realizada su escritura, su lectura, es decir, se disputan e integran con los asuntos y quehaceres del diario humano. Se desprenden y hacen noticia. O en versos del poeta: “Escribo sobre un mundo / Y otro mundo me escribe”. Razón y fatiga del ser humano ante el universo. Palimpsesto para el poeta.

Medellín, marzo, abril de 2008.

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